martes, 19 de noviembre de 2013

Buenos Aires V- lástima que terminó

(esto ya parece serie de la risa en vacaciones)



Al día siguiente en BsAs fue mi último día de turista, así que me dediqué a caminar y caminar de nuevo, llegue a la catedral de la ciudad, la cual parece más biblioteca que catedral y según recuerdo tardaron muchísimos años en terminarla.
Seguido caminé hacia el zoológico de la ciudad, el cual tiene una selección bastante considerable de animales, es bonito, caminas mucho y muy arbolado.
Saliendo de ahí volví a aplanar calles y me tope con la Torre de los Ingleses, el cual los ingleses se vieron bien buena onda y se los regalaron a cambio de las Malvinas, bueno no, la verdad se las regalaron para conmemorar el centenario de la revolución de mayo, después del Malvinazo el gobierno la renombro como Torre Monumental pero todos la conocen como de los Ingleses


  “he he, sorry for the Malvinas, chaps”
Después caminé hacia el Parque de las naciones unidas ya que me habían dicho que había una flor gigante que debía conocer, y no me decepcionaron.
La Floralis Genérica (o floresota pa’ los cuates) está en el parque de Las Naciones Unidas, el parque no es especial, pero sí la flor, está hecha de acero con hormigón y aluminio, mide 23 mts de alto y los pétalos abren en el día  y cierran en la noche. Montada sobre un espejo de agua de 44 mts de diámetro. Y sí, se ve impresionante:



El ultimo día lo pase en la mañana 100% de turista, comprando babosaditas y haciendo checkout y comiendo lo último que podía, pedí mi taxi para el aeropuerto e indique “al aeropuerto por favor”, llegando al aeropuerto me formé en la fila de la línea para documentar y oh-oh: “Sr este vuelo sale del OTRO aeropuerto, no de este” así que ahí me tienen volviendo a correr en taxi para llegar al otro aeropuerto, alcance al avión ya casi en la pista.
La ciudad entera de BsAs es muy interesante, la arquitectura es cambiante en cada barrio y cada calle tiene su sabor, tiene una mezcla de europeo wannabe y latino, hay cantidad de museos repartidos y el estar tan cerca del Rio de la Plata le da un toque especial, no es tan insegura como me contaron (sólo las precauciones normales son suficientes) y la gente es buena onda, tiene a ser muy “directa” y no se anda tanto con rodeos, por eso probablemente a muchos se les hacen pedantes, pero no es grosería.
La comida para un carnívoro, como yo, es maravillosa, los vinos son muy ricos y no es TAN cara la ciudad, el transporte es barato y realmente se pueden llegar a muchos lados caminando, y más si te dedicas a caminar sin rumbo buscando qué te depare la ciudad, a eso me dedique, a caminar y ver lo que la ciudad quisiera enseñarme, no lo busqué.

lunes, 21 de octubre de 2013

Buenos Aires IV- (bueno, Colonia del Sacramento)



Apenas llegando a Colonia me di cuenta de dos cosas:
1-      Iba a recorrer el pueblo en 5 minutos
2-      Iba a hacerme falta repelente de insectos.
Colonia del Sacramento (Colonia pa los cuates) es una ciudad que está a dos horas de buque de BsAs, aquí debo confesar que el Rio de la Plata más tiene de Caca que de Plata. Fue el primer asentamiento en el Uruguay (1680),  dicho asentamiento se hizo por parte de los portugueses para consolidar sus rutas desde el Brasil cosa que a los españoles no les gustó mucho y la invadieron para que después los portugueses la recuperaran y así se fueron, hasta que por fin se quedo hablando en español.

Gracias a esta mezcla la ciudad vieja (o casco) tiene una mezcla de portuñol bastante interesante, hay calles portuguesas y calles españolas las cuales se reconocen por su forma de desagüe, en el desagüe español las canaletas se van hacia los lados (como en las calles actuales) y en las calles portuguesas  el desagüe tiene una canaleta central en medio de la calle; información súper interesante, lo sé, pero ya estando ahí es chistoso como unas calles son cóncavas y otras convexas.


 La calle de los Suspiros


La entrada al casco (este era un puente levadizo)


 La calle de los suspiros, donde se ve la calle portuguesa (se ve un canal en el centro)

La famosa calle de los suspiros tiene 3 historias que pueden contar su nombre. El primero es el clásico de una pareja de enamorados y blablablá, la segunda es que esa calle era la calle de las prostitutas donde los marineros al llegar a tierra “suspiraban” por los amores de las damas de la noche; la tercera es que por esa calle bajaban y subían a los esclavos que iban a ser vendidos; en las 3 historias se mezclan la vida y costumbres de esas épocas, así que elija la favorita y suspire.
La ciudad tiene unas impresionantes 12 hectáreas por lo que es perfectamente caminable la mayor parte, obviamente tiene un atracadero “comercial” que es donde atraca el buquebus y otro privado donde atracan los yates


  Atardecer en el muelle
Una de las primeras reconstrucciones o intentos fue convertir la ciudad en un punto de interés turístico, y se hizo un complejo turístico (ahora abandonado) del cual se me hizo impresionante una plaza de toros que está a punto de derrumbarse, pero creo lleva a punto de derrumbarse muchos años así que aun lo alcanzan a ver.



  Plaza de toros del terror

Hay restaurantes en la ciudad, la gastronomía es muy similar a la de BsAs,  así que pues era hora de ingerir otro kilo de carne de primera.



  Carrito con mesa adentro pa comer
Regrese a BsAs ya con los días contados y con mordidas de los moscos mas bravos que me ha tocado sufrir… creo que eran pirañas minúsculas voladoras mutantes, por encima de la ropa te picaban.  En el buque de regreso, platiqué con un viejito argentino músico, que vivía en Colonia desde hacia muchos años y ahora iba de regreso a SU BsAs porque había nacido su primer nieto.

martes, 8 de octubre de 2013

Buenos Aires III- la revancha de la comida



Llegue en la noche de nuevo, encontré un restaurante que me recomendaron (del cual no recuerdo el nombre ni deseo recordarlo ya que deje ahí la mitad de mis viáticos) y viendo mi presencia y mi confianza me dieron una mesa en el rincón (casi casi en la cocina) pero eso no me impidió comer como troglodita. Inicié con un platito de botana así:

Botanita



Y luego el plato fuerte, un filete de carne Kobe (que seguro era de unicornio o algo así) que se deshacía solo con verlo, acompañado de una botellita de vino y finalizando con un tiramisú y un doble expresso que me regresaron a la vida.


  Carne de unicornio Kobe con (lo que quedaba) del vino

(No le tome foto al tiramisú porque la neta andaba pedo, disculpe las molestias que esta borrachera le ocasiona)
Ya bastante mareado y después de pagar por esa cena lo que había pagado por mis alimentos del último año, procedí a regresar a mi hotel en Subte (lo cual con la briaguez es una experiencia de vida),  llegando al hotel se me estaba bajando la briaguez, por lo que otro litro de chela me salvó y me fui a dormir bien feliz :D
A la mañana siguiente tenía sólo medio día para pasear (ya que mi buque salía en la tarde) decidí ir al barrio de la Boca. El barrio se llama así ya que es la desembocadura del Rio de la Plata y fue el primer asentamiento de la ahora llamada BsAs (en 1536); el barrio es hartamente colorido, muy turístico y obviamente me tome mi foto de tanguero, también hice una rica comida ahí para contrastarla con la cena “fina” del día anterior y lo que en Puerto Madero fue un sabor incomparable a un precio ridículamente caro, en la Boca fue un sabor más de pueblo, mas “real” a un súper precio, ahí me hice amigo de una pareja ya mayor de Santiago de Chile que me platicaban que era su primer viaje “fuera del país”, intercambiamos correos y de vez en cuando nos escribimos.
Regrese rápido a la ciudad para tomar mi Buquebus y navegar por el Rio de la Plata rumbo a Colonia, Uruguay.

  yo tangueando, acá bien casual


  Calle en la Boca

El Eladia Isabel (no se rían, asi se llamaba)

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Buenos Aires II- el chilango paseador



Salí del teatro y me dedique a aplanar calles de nuevo. Existen muchos rincones que visitar en la ciudad, encontré un museo dedicado a la memoria del holocausto judío, en el cual las medidas de seguridad al entrar superan con creces a los del aeropuerto; también encontré otro museo de arte sacro, muy pequeño y casi abandonado en el cual me di el susto de mi vida: sucede que un salón del museo esta dedicado a las muñecas y es un saloncito con vitrina en el que hay muchas, muchas muñecas; pero el salón al estar mal iluminado les da una tonalidad macabra; el vigilante se portó cuate y me explicó un poco la ciudad y que no me perdiera para nada el museo ferroviario. Fui a dicho museo y pues no es la gran cosa, pero si está interesante.


Muñecas macabras


Vacas en el museo ferrocarrilero 


  Jardín del museo de arte sacro

Después de salir de tanto ferrocarril, la parada obligada era el Puerto Madero (famoso en México por los wannabes que van a comer ahí) y sí, el puerto es como los restaurantes, todo de ladrillo rojo y también los restaurantes muy caros.
Decidí regresar al hotel y ya que había caminado todo el día me regresé en metro o Subte, como le llaman allá. Al parecer aún usan metros de hace 100 años porque se ven bastante cascarones; me urgía regresar ya que había contratado una cena-show de tango y pues mi público me estaría esperando. Llegué al hotel, me puse mis implementos de tanguero y Salí al lobby a esperar mi transporte, porque si algo sí coordinan los argentinos es el show de tango: reservas en tu hotel y el transporte pasa por ti, te lleva a la cena-show y te regresa en calidad de bulto al hotel. Así que con mis mejores garras esperé pacientemente mi transporte, llegó y nos dirigimos a la Esquina Gardel,  que así se llamaba el restaurante donde elegí, aunque hay shows de tango hasta en los Mc Donalds.
Ya en el restaurante lo primero que te hacen es tomarte una foto con una tanguera o tanguero (dependiendo de la preferencia del comensal) y te pasan  a tu lugar, yo me senté frente a una pareja de Uruguay bastante agradables y una pareja de Chile que, creo, ni por error nos saludaron y menos hablaron con nosotros. Y disfrutamos de un show bastante “hollywoodesco” de tango, lo cual no deja de ser bastante interesante y una vez que estuve en calidad de bulto de tanto beber (como me sucedió en Paris) me regresaron a mi hotelito a dormir.
A la mañana siguiente y ya medio conociendo cómo moverme por la ciudad me volví a lanzar a pata hasta la 9 de julio para de ahí bajar por una diagonal y llegar hasta la Plaza de Mayo (el equivalente al Zócalo de la ciudad de México con todo y plantón) y adelantito la Casa Rosada (la casa de la presidencia) que la mera neta si está más bonita que Los Pinos.


Plaza de Mayo con Casa Rosada de fondo y plantón a la derecha.
Y seguí caminando y llegué de nuevo a Puerto Madero, donde caminé un poco por el puerto y encontré un buque que había sido buque escuela de la naval de Argentina y ahora es un museo con artilugios de su travesía por los 7 mares (y yo que aun no pongo mi museo por las travesías de los 7 bares, ¡maldición!) y adelantito está el Puente de la Mujer famoso porque mmm pues es un puente y mmmm ¿se lo dedicaron a la mujer?


Buque-museo  


Puerto Madero 


Puente de la mujer

De regreso y vagabundeando por ahí, encontré las oficinas de Buquebus, y como soy bien chismoso me metí a ver qué excursiones había, y así como soy de conservador me compre un tour de 2 días 1 noche en Colonia, Uruguay para el siguiente día.
Después de comprar mi tour del día siguiente, me regresé caminando un poco y me encontré el famoso “Gran Rex”  EL centro de espectáculos del BsAs  y en el cual había ciclo de conciertos de Joaquín Sabina (pero no encontré boleto L) así que después de mi decepción me regrese al hotel a acicalarme porque en la noche tenia una cita con el Puerto Madero.