Vegas Baby!
Y que me largo a las vegas
Se que no he escrito en un buen rato, pero no se me aparecía
la musa (creo que anda con los 11 de la zona Rosa) pero este viaje tenía que
relatarlo.
Todo sucedió bajo el influjo de unos tragos (porque ninguna
buena historia comienza con “estaba comiendo una ensalada y luego…) y así se
organizó un mega tour con los compañeros de la escuela (como 50) que nos
largamos; yo al principio estaba renuente pero ante tanta insistencia y tan
poca resistencia (además del apoyo de mi chaparrita para conseguirnos los
boletos que después siempre no fueron y después siempre si y al final no) se
programó el viaje
La mayoría viajó desde el miércoles, el pequeño escuadrón
con el que viajé (éramos 3) los alcanzaríamos allá el viernes para estar el fin
de semana y alcanzarlos en su briaguez, y vaya que lo hicimos.
Al principio los hados nos fueron hostiles, ya que por
alguna extraña razón los boletos estaban a nuestro nombre y estaba todo bien pero
no estaba la reserva (¬¬) así que por un pelín nos andábamos quedando vestidos
y alborotados, total todo se arregló y entonces si, Vegas allá vamos
La verdad era la primera vez que iba a los Iunaited Estates
así que fue el estreno de mi visa, por lo cual podrán imaginar que estaba
emocionado y un poquitín nervioso, pase con el oficial de inmigración, me vio,
la vi, me vio, la vi y quiensabe que tanto le vio a mi pasaporte y a la visa y
de pronto ¡zas! Foquito verde, “pásele” (desafortunadamente a otro compa le
toco foquito rojo y aunque no lo pasaron al “cuartito” si perdimos ahí un
ratito).
Salimos del aeropuerto, mucho calor y mucha gente, tomamos
un taxi, cuando llegamos al hotel me di cuenta de a que nos estábamos enfrentando,
gente por todos lados, un hotel gigantesco, autos (moda y rocanrol)
Un Rolls Royce nomás pa apantallar
La habitación era fenomenal, con una excelente vista al
Bellagio y pues solo dejamos cosas, nos chaineamos y a darle átomos
(no tiene nada que ver con las Vegas
pero me gusta mucho la expresión)
Bajamos al casino y en un bar nos encontramos con otros
compañeros de la escuela, empezamos echando unos tragos coquetos y sin darme
cuenta (bueno si me di cuenta porque ahí empezó la sangría de mis dólares) estábamos
en las mesas de juego apostando la PTU. Los alcoholes entraban y los dólares salían,
así que hicimos lo que toda persona en su sano juicio hubiera hecho: rentamos
una limosina para seguir el desmadre.
Nos subimos, empezamos a dar vueltas y en punto alcohólico le
pedimos al chofer nos llevara a un oxxo por unos botes (afortunadamente alguien
le tradujo al chofer y nos llevó a un Walgreens a comprar pomos) y pues ya
estando en Vegas y en una limosina ni modo de no tomar champaña (champú pa los
cuates); viviendo el estilo Vegas a todo, así nos amaneció.
Y como aun teníamos pila nos subimos todos a nuestra habitación
a rematar los pomos que aun teníamos.
Dormimos como 2 hrs (si ya se, que desperdicio) y bajamos a desayunar, algo que me quedo
claro es que a los gringos les gustan las cosas en grande, había tanto para
tragar y los estómagos tan jodidos por el alcohol que daba pena no poder
atascarse (además no tenían chilaquiles o una barbacoa pa la cruz). Terminando de
desayunar nos salimos a caminar a sudar como cochinos y a conocer un poco el
pueblito. Justo enfrente teníamos esto
Así que decidimos que ahí comeríamos (mas al rato).
Caminamos hasta el MGM, entramos, jugamos un rato, paseamos
por su mall (pinche hotel tiene un Plaza Satélite dentro) y me encontré que
(seguro en una borrachera) ya hasta puse un restaurante ahí.
Como no quería hacer valer mis influencias seguimos
caminando, esa noche era la pelea en la UFC de un mexicano y como a la raza hay
que apoyarla pues compramos los boletos, después el hambre hizo de las suyas y
regresamos por una hamburguesita.
Pinches hamburguesas estaban rebuenas (y más buenas te saben
tras esperar 1 hr mesa), y ya con chabela comida y recargadas las energías nos
fuimos a la UFC (que es básicamente las luchas como aquí pero con mas chou).
Las peleas bien aunque a veces medio aburridas, nos sentamos
en “gallinero izquierdo” y nos encontramos con otros mexicanos así que ya
estando entre raza el desmadre se hace mejorcito, un compa (en extremo grado alcohólico)
estaba haciéndose cuate de un gringo súper fan de las luchas y con estadísticas
de cada luchador y shalala, bastante intenso el bato.
Terminando la pelea (ganó el mexicano) nos regresamos al
hotel a bañarnos y perjumarnos porque esa noche era LA noche del antro, el evento
donde todos los de la maestría iríamos a sacarle brillo a la pista y echar
desmadre.
O eso pensaba yo, la verdad era un antro y como éramos una
raza grande y habíamos reservado hicimos un apartado y teníamos nuestra zona
VIP con cadenero y todo el rollo, bastante cool el asunto.
Total que (de nuevo) nos la amanecimos, primero en el antro
y cuando se acabó el chupe ahí nos regresamos de nuevo a la habitación a matar
lo que había quedado de pomo.
Volvimos a dormir otro ratito y pues ya era domingo L desayunamos y fuimos a
comprar regalos, a hacer maletas y hacer el check out.
El avión venia retacado de compañeros de la escuela (seguro
cuando aterrizamos y se despresurizo el avión salió una densa nube con olor a
alcohol).
Noche, lluvia y tráfico para llegar a casa (hasta dos
semanas después pude comerme unos taquitos para sentirme como que ya estaba en
México)
JM
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